– Te quiero hasta el infinito papi. Ida y vuelta.

–  Y yo más…

… más allá de mis mundanas reflexiones cotidianas. Más allá de este escenario maltrecho de esta ajetreada vida. Te quiero entre campos rosas con olor a mandarina y entre esas nubes color calabaza y soles verdes que pintas.

Te quiero sin reflexión. Te quiero sin prisas.

¿La escuela, los “grados” pasan contigo?, o ¿conmigo la vida se hace más chica? Tus notas de Segundo llegan con esa ilusión que solo un niño acaricia. Y aquel hueco que dejan dos dientes… ni siquiera pueden afear tu sonrisa. Esa sonrisa de diabla que tienes!, que te ilumina como una estrella fugaz en un cielo estrellado de verano entre brisas.

–  Y yo te quiero más…

… más allá de los límites que superan mis fuerzas. Cuanto me has dado hija. Y a esta sensación de ser padre, ni el sueño más loco que tenga podrá superar tal osadía. Ni habrá Quijote que explique a su Sancho lo que esto significa.

–  Te quiero hasta el infinito papi, sos el mejor del mundo.

Cuanto me alegras, sabandija. Y hago intentos de registrar tu edad. Esa, que solo una vez ocurre, como la naturaleza fija. Registro la imagen, pero… ¿y estas huellas en mi corazón? ¿cómo registro tantas sensaciones quemadas con fuego y templadas con caricias?

–  Te quiero, te quiero hasta el infinito hija. Abrazame que la noche espera.

Espera acunarte de sueños, aventuras, quimeras y sonrisas. Espera tratarte bien, sin siquiera robarte un segundo de vela, niña. Te quiero como a los pájaros. Libre, feliz! Y que tu volar alimente horizontes de estelas doradas de juegos sin malicia.

Los hijos son como son. Son lo que son. Criarte me corresponde, más dejarte “ser” impera y se precisa.

Hazle caso a eso de adentro! Que no lo maten. Que crezca, crezca y pueda romper esos cánones que imponen hasta hacerlos trizas. Llévalo en alto estandarte! No te engañes con lo superfluo que brilla. El brillo interior solo cuenta. Corre libre, piensa, más no tengas prisa. Bucea tus adentros y decide con el corazón, con la piel, con lo que sientes. Las estructuras mundanas solo la vida te quitan y te llevan lentamente hacia una muerte sumisa.

Muere por tus ideales. Siente, respira, ama con locura!, grita fuerte! No te amedrentes de vivir tu vida. Que no señalen tu camino. Huye de la cobardía. Sé valiente.

–  Te quiero hasta el infinito papi, ida y vuelta.

–  Y yo más… y yo más, hijas.